jueves, 22 de julio de 2010

la etnografía:: una herramienta para mejorar el diseño


Es probable que el ejemplo escogido para ilustrar esta entrada sea demasiado evidente, simple o forzado, pero esta imagen (1907) de estas tres mujeres belgas degustando una suculenta merienda, con esos cestos a modo de respaldo, no sé si formando parte de las sillas o de sus atuendos, me han traido a la cabeza esta silla (1966) de Warren Platner, quizá con no demasiado acierto, o quizá sí.

La escusa de ambas imágenes me gustaría que sirviera para establecer un vínculo entre la etnografía y el diseño.

Los grandes diseños siempre conectan con el gran público y los diseñadores tratan de inspirar, provocar, entretener y ofrecer objetos útiles para la gente. Para una correcta conexión con ese público, los diseñadores necesitan empatizar con sus audiencias.

Los diseñadores necesitan entender la relación entre lo que ellos producen y el significado de sus productos para los demás. Eso es la etnografía.
La etnografía ayuda al diseñador a profundizar en el ser humano y en cómo este deber ser sensible con el mundo. También es un método de investigación basado en la observación del ambiente habitual sin provocar ambientes formales de experimentación.

Conscientes de que las personas y las culturas son increiblemente complejas, la etnografía ofrece los medios para hacer palpable esa rica complejidad. Nos permite ver más allá de nuestros prejuicios y sumergirnos en el mundo de otros. Lo más importante, es que nos permite ver los patrones de comportamiento en el contexto del mundo real, sin artificios, patrones que podemos comprender tanto racional como intuitivamente y que ayudan a los diseñadores a crear soluciones más atractivas.

Además de todo esto, la etnografía es un proceso sistemático: mientras las ideas útiles pueden emerger durante la observación casual, los ragos más significativos provienen de un análisis profundo de los datos obtenidos.
La etnografía nos permite descubrir el significado de los objetos que nos rodean, porque el ser humano necesita sentido en sus vidas. Nos permite entender normas o preceptos culturales que hacen que las cosas sean de una determinada manera o sucedan de un determinado modo. Nos permite entender el poder de la comunicación porque necesitamos entender nuestro entorno. Nos permite ver lo global, a la vez que nos da las herramientas para no perder detalle de las pequeñas realidades.

¿Creéis que en un futuro será una metodología imprescindible en la concepción de nuevos productos?

Y para quien quiera profundizar un poco más en los objetos y la investigación antropológica y etnográfica de éstos, puede visitar la exposición "África: Objetos y Sujetos", donde 137 objetos no hablan de su uso y su función. Centro Cultural Palacio Revillagigedo, en Gijón, desde el 09-07-10 hasta el 30-09-10.

Fuentes consultadas: "An ethnography primer" AIGA, "1000 chairs" Charlotte & Peter Fiell, "La Gaceta de Gijón" Julio 2010

jueves, 15 de julio de 2010

sobre el buen diseño

Sólamente me gustaría dejar constancia de un fragmento del prólogo del libro "Inteligencia hecha materia" que creo que es clarificador y conciso con respecto al diseño industrial. El nombre del post es tomado del título del prólogo del libro y lo firma Terence Conran. Que lo disfruteis.

"¿Qué es el buen diseño? Ésta es una pregunta que se formula a menudo, pero que raras veces se responde satisfactoriamente. La respuesta es que inmediatamente visible: algo que no se ha diseñado de manera inteligente no va a funcionar correctamente. Será incómodo de usar. Estará mal hecho, tendrá un aspecto deprimente y un valor pobre en el mercado. Es más, si no le proporciona placer al consumidor, es un mal diseño. (...)
Todo lo que se hace delata las creencias y convicciones de la persona que lo hizo. Todo se ha diseñado. Siempre se toman decisiones, consciente o inconscientemente, que afectan a cómo se fabrica un producto, cómo se va a usar y qué aspecto va a tener. (...)
El buen diseño se compone de un 98% de sentido común y un 2% de un componente misterioso al que deberíamos llamar también arte o estética. Un buen diseño tiene que funcionar bien, fabricarse a un precio que al consumidor le parezca aceptable y debe proporcionar al consumidor un placer tanto estético como práctico.Tiene que ser de una calidad que justifique el precio pagado. (...)
La innovación es una característica que define el buen diseño. La capacidad de ver una solución nueva a un problema existente es lo que en realidad hace el diseñador. Pero esto no quiere decir que el buen diseño implica una búsqueda frenética de lo novedoso. El buen diseño tiende a ser duradero. Se trata de la tensión entre encontrar innovaciones efectivas y conseguir valores de durabilidad. (...) En un mundo cambiante, algunas cosas permanencen inalterables. Creo fervientemente que es la responsabilidad del diseñador ayudar a mejorar la calidad de vida de la gente con productos que funcionen bien, que sean asequibles y bonitos."
"El buen diseño es la inteligencia hecha materia" Le Corbusier

Terence Conran es uno de los principales diseñadores, fabricantes de muebles, restauradores y comerciantes del mundo, además del fundador de la cadena de tiendas que revolucionó el mobilirario doméstico en la década de los sesenta, Habitat. Es presidente de Conran Holdings, la empresa matriz que abarca sus negocios en el campo de la restauración y la venta al por menor además de su negocio de arquitectura y diseño. Conran demostró cómo el diseño puede convertirse en una actividad empresarial organizada. Logró romper el molde del carácter "paternalista-elitista" del diseño británico de antes y después de la guerra.


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