miércoles, 15 de octubre de 2008

acortar... a cortar



En un artículo que aparece en el períodico d(x)i de este cuatrimestre, titulado "El diseño acorta la crisis económica", escrito por José A. Giménez leo:

"Lo fue en Estados Unidos, cuando se inició la gran depresión económica. Cuando las personas y las empresas evitaban gastar su dinero, aparecieron productos irresistibles y llamativos que impulsaban la actitud a favor de la compra. Productos que aportaban soluciones y mejoraban procesos, lo que incidía en beneficio del consumidor y del empresario. (...) Todo esto viene a cuento porque parece que se ha olvidado que el diseño industrial nació como profesión cuando las primeras máquinas (con los mecanismos a la vista) provocaban constantes accidentes laborales. Y que, ante tal situación, algunos gobiernos promulgaron leyes para reglamentar la seguridad laboral, estableciendo la obligatoriedad de recubrir con un cárter los engranajes. De esta manera la configuración técnica de la máquina quedaba oculta por carrocerías, aspecto que se convirtió posteriormente en una característica dominante de la civilización industrial. Esa medida fue obra de diseñadores. Y su resultado fue el incremento de la seguridad laboral y, paralelamente de la reducción de los costes de producción... (...)
En tiempos de crisis, la mejor política en la inversión es aquella que nos da mayores satisfaciones al menor coste. El diseño industrial nació con esa máxima: ofrecer el producto tecnicamente mejor resuelto, desde la mayor simplicidad funcional y el menor coste, pero sin olvidar lo estético.
Funcionó en la gran depresión americana y funcionará en ésta, si nuestros políticos y empresarios confían en las ideas de quienes salvaron la última crisis mundial, los diseñadores industriales"


Y me pregunto después de esto:

¿No es un poco pretencioso pensar que los diseñadores industriales fueron los que hicieron salir a los Estados Unidos de la Gran Depresión?

Quizá... o quizá ya es hora de que nos pongamos a caminar y que de verdad pensemos que otra manera de fabricación y de puesta en el mercado de productos es posible, y que en nuestras manos está el echarla a andar.
Mi miedo es que ahora que se habla tanto de innovación, de investigar, de la competitividad, de que debemos diferenciarnos por el diseño y el desarrollo de productos innovadores y con mayor valor añadido, no sea una oportunidad de los especuladores y oportunistas que hagan "como que hacen innovación", se embolsen el dinero destinado para subvencionar este tipo de cosas y nos quedemos como estamos... porque mucho se hablará de esto, pero los empresarios siguen sin saber qué es el diseño industrial, aunque los conceptos de reducción de costes y productividad estén todos los días en el aire.

3 comentarios:

Solución Renovable dijo...

La verdad, es que todos sabemos que el "diseño" en el seno de la mayor parte de las empresas de nuestro país es una palabra tabú. Y esto es debido, según mi opinión, a que la filosofía empresarial en España es la de:

BENEFICIO-COSTES=NOS HEMOS FORRADO

Y cuando un empresario se forra, suele pasar:

a) Cierra la empresa y punto.
b) Sigue la empresa, pero no cambia la filosofía ni invierte en diseño, formación, equipos,......

BENEFICIO-COSTES=QUIEBRA EMPRESA

Y cuando una empresa da en quiebra, suele pasar:

a) Mala gestión, pero suspensión de pagos. Lo que quiere decir que todas las deudas salen a concurso de acreedores, pero los empresarios no tienen castigo.
b) Desvío de fondos y suspensión de pagos. Lo que quiere decir que los empresarios se van forrados y las deudas salen a concurso de acreedores.

Conclusión, la financiación del diseño solamente se dará en empresas que apuesten por crecer, ganado dinero pero creciendo. Y no es que haya muchas, la verdad.

echar un remiendu dijo...

Es simplificar el tema, pero sinceramente creo que llegará el día en el que a las empresas no les quedará más remedio que pensar en el diseño para tener un trozo de la tarta del mercado.

Aunque a veces ya no se si lo creo o deseo tanto que suceda que ya me lo creo.

Mario Pedret dijo...

Me encanta haber caído por este interesante blog y encontrarme una joya de dimensiones espectaculares de la mano del artículo de DXI...

Bueno, desgraciadamente no tengo el número de ese DXI, así que te agradecería mucho que dijeras el autor del "articulito"... Aunque la verdad es que conociendo la procedencia de la susodicha revista, sus orígenes, así como quienes están detras y de donde proceden, no le doy demasiada credibilidad a su contenido, además de encontrarlo (por lo general) de poco interés.

Dicho esto. Parece que esta persona no conoce a un tal Raymond Loewy. Y ni qué decir que viendo lo que ha escrito ha leido su libro "lo feo no se vende". O quizás si, pero ha decidido quedarse con la história bonita de las cosas.

Según el columnista del DXI, en los años 30 del siglo XX los diseñadores salvaron el mundo llenándolo todo de carcasas para las máquinas. Bien, es cierto que salvaron algunas vidas y aumentaron la seguridad laboral, etc, etc, pero lo que no comenta este señor es que eso dió lugar a la, supongo que famosa, obsolescencia percibida (a la vez que se empezó a originar el concepto de obsolescencia planificada). Descubrieron que con los cambios estéticos (estético=imgagen exterior=carcasas) podían inducir al consumo de productos una y otra vez. Nace entonces el styling. Las formas aerodinámicas comenzaron a inundar el mercado del automóbil primero para más tarde inundarlo todo: electrodomésticos, menaje, objetos auxiliares, etc, etc. La história es larga así que a los interesados, recomiendo indagar en el tema.

Así que creo que no únicamente por eso ha sido importante el papel del diseñador industrial en el desarrollo humano. Lo ha sido para bien, pero también para mal. No es culpa de los diseñadores, si no de su falta de juicio crítico y su ética.

Mejor fijarse en otros modelos de diseño industrial e incluso en otras épocas para ver lo positivo del diseño, y no el conjunto de carroñeros que surgieron gracias a la gran depresión del '29.

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