sábado, 29 de mayo de 2010

Mujeres asturianas:: Patricia Urquiola

Este objeto, que ni siquiera es suyo, me acercó por primera vez a esta diseñadora. Leía por entonces una entrevista en el suplemento de EL MUNDO, y ella hacía referencia al mismo de la siguiente manera, le preguntaban por un objeto de la cultura material española y ella afirmaba:

Una cuchara-tenedor de madera que formaba parte de las cuberterías tradicionales asturianas. La usábamos para los entrantes con un poco de salsa o en las fabadas. Era una cuchara con marcas salientes o un tenedor con sus dientes unidos entre sí. Me interesa muchísimo esa tipología.

Creo que con esto refleja la esencia de su diseño: pensado, cultural y cercano.


Y años después, en un reportaje aparecido en EL PAIS el pasado domingo, se hacía una reflexión muy rica y optimista a cerca del camino que estaba llevando el diseño español, titulado "La Generación de las Ideas", (os invito a que os deis un baño de esperanza con este artículo) y allí volvía a aparecer una mención a Patricia Urquiola:

"La arquitecta ovetense Patricia Urquiola –establecida desde hace años en Milán– (...) creció en la trastienda de los grandes: estudió con Castiglioni y trabajó para Piero Lissoni. Hoy es capaz de satisfacer a las empresas cuyo nombre se traduce por diseño: de DePadova a Moroso, pasando por B&B e incluso algunas españolas, como Kettal o Gandía Blasco. Así, no es exagerado decir que en el mundo del diseño hoy no hay nadie con tantas ideas como ella. En una misma temporada es capaz de firmar la arquitectura de cuatro hoteles –redefiniendo la propia idea de hotel de lujo–, lanzar cuatro butacas, tres mesas y alfombras, además de idear un sofá “topográfico” –que sube y baja, se ensancha y se estrecha– para anunciar una nueva era en los usos del sofá."

En otros foros también la han bautizado como "la reina asturiana del diseño italiano" y su estilo es definido como incomparable, lleno de detalles que se mueven entre lo clásico, lo vanguardista, lo femenino y lo multicultural.

Pero nos gustaría poner el acento en los comienzos de esta asturiana y en su visión empresarial.

Nace en Oviedo en 1961, de ascendencia vasca, se inició tempranamente su trabajo de exploración en la disciplina del diseño pues a la edad de 12 años, comenzó a sentirse cautivada por el mundo creativo. Su pasión la llevó a que, una vez terminados sus estudios básicos decidiera dejar su ciudad natal para iniciar, en la Politécnica de Madrid, los de arquitectura finalizándolos en el Politécnico de Milán (Italia) dónde se graduó con honores en 1989.
Aunque la verdadera razón para que la arquitecta abandonara España y decidiera trasladarse a Milán fue que aquella ciudad era la de residencia de su primer esposo, hecho casual que le permitió dar el paso inicial hacia ese país.
España en esa época no pertenecía al Mercado Común Europeo, por lo que en la universidad (de Milán) apenas me convalidaron un año de los cuatro que había cursado en Madrid; sentía que no terminaba nunca de estudiar”, recuerda la arquitecta.
Por eso, entre el “aburrimiento” que le producían las clases, Urquiola empezó a interesarse por el trabajo del diseñador industrial Achille Castiglioni, catedrático en ese momento del Politécnico de Milán quien, además de asesorar su tesis de graduación, sería su impulsor, el alentador para ir siempre más lejos, para no conformarse y para buscar permanentemente no seguir más pautas que las de su propia intuición, lo que en otras palabras ella describe como su “poética”.
Al terminar sus estudios y gracias a un amigo pintor, tuvo la oportunidad de conocer a los también diseñadores y arquitectos italianos Maddalena De Padova y Vico Magistretti, quienes le brindaron una visión “más culta” del diseño y paralelamente, una valiosa oportunidad profesional, pues trabajó para ellos durante tres años (1990-1993) como jefe del departamento de desarrollo de productos de su firma.
De esta experiencia, además de la oportunidad de familiarizarse con materiales, con el mundo industrial, y las actividades propias del oficio, Urquiola desarrolló la silla ‘Flower’, el sofá ‘Loom’, y la ‘Chaise Longue’, sus primeras piezas de importancia y reconocimiento.

Al finalizar su trabajo en la firma de De Padova y Magistretti, se lanzó como empresaria cuando en 1993 abrió junto a otros colegas un estudio de arquitectura y decoración de interiores que funcionó hasta 1996.
En el año 2001 dio el gran paso y creó su propio estudio en Milán. En la actualidad su estudio en Milán está constituido por un grupo de 30 creativos, cinco de los cuales se dedican exclusivamente al diseño de mobiliario -los demás miembros del equipo se dedican al interiorismo y a la arquitectura-, siempre bajo la tutela de Urquiola quien es la directa encargada de supervisar los proyectos, de aprobar o rechazar las propuestas, o de concebir los diseños. Afirma que el diseño está empezando a cambiar, que ahora se ve un diálogo entre los diseñadores y las empresas para llegar a acuerdos en temas como “lo ecológico”, y que por eso se convierten en un ejemplo para la sociedad.


Este trata de ser un post de participación en la red de blogeras Mujeres Asturianas

4 comentarios:

Caminante dijo...

Hola Irene
Gracias por recordarnos a Irene Urquiola, una diseñadora de primera linea que siempre me ha encandilado.
Cuidate

marta_tururu dijo...

Acabo de descubrir tu blog y creo que ya me he enganchado.

Un saludete

Anónimo dijo...

buena entrad, buena diseñadora y buen blog, salu2

CrisDA dijo...

a mi me encantan sus alfombras "Globo"!

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