domingo, 31 de mayo de 2009

las revolucionarias silenciosas


Siempre digo que la verdadera revolución la han hecho nuestras madres. Han sido de las primeras que han trabajado fuera de casa y dentro, las que han llevado el peso de la educación de sus hijos, las que han tomado decisiones, las que han educado a sus hijos e hijas por igual aunque a ellas no las habían educado así, las que han entendido que nos debían de dar herramientas para la vida de todo típo, las que nos han inculcado: -que nunca tengas que pedir dinero para ir a la peluquería, porque no lo van a entender-
Pues hoy a esas mujeres el País les dedica un amplio reportaje, yo también se lo quiero dedicar, este es pequeño, a mi madre, para mí una revolucionaria silenciosa, constante, tenaz y valiente. Con una sensatez abrumadora y una trabajadora infatigable: Felices 60 para ella también.
En el reportaje del país la protagonista es Elena Salgado, también aparecen Carmen Alborch, Flora de Pablo, pero me alegro de que aparezca en esa revolución silenciosa y tenaz un talento de diseño español: Nani Marquina

Leía que había sido la única mujer de su promoción de diseño industrial, que en los comienzos pensaban que era la mujer del empresario... Empresaria, mujer y diseñadora industrial hace 30 años, imagino lo difícil del camino.
Pero una cosa que también se apunta en el artículo es cierta, ellas no tuvieron en quien mirarse, fueron las pioneras en abrirnos paso y en hacer todo por primera vez. Ahora debemos estar agradecidas a esa generación, porque ahora nosotras al menos tenemos referentes.
Gracias mujeres valientes.

6 comentarios:

mischief dijo...

La incorporación al mercado laboral de la mujer, el derecho al voto, en general la igualdad ha sido uno de los grandes avances sociales del siglo XX; esperemos que el siglo XXI sea el de la consolidación. Mujeres y hombres tenemos mucho que ofrecer al mundo y durante años han sido prácticamente sólo los hombres los que han aportado, relegando a la mujer a una situacion que no se merecía. Interesante blog :).

Tiratabs dijo...

Completamente de aucerdo en lo referente las revolucionarios silenciosas. Pero en nada, en cuanto a Nani se refiere. Tenía un referente muy importante, no era su marido, era su padre.

Solución Renovable dijo...

¡¡Bravo a las revolucionarias silenciosas!!

Y lo digo desde lo más profundo de mi corazón, ya que yo también considero a mi madre una 'revolucionaria silenciosa', que en su caso ha educado a 2 hijos, 1 hija y 1 marido; esté último no porque se le diese una mala educación sino porque en aquella época era la única que se podía dar.

Por todo esto y por lo afortunado que me siento con la educación que me han dado mis padres, en especial mi madre, se que en esta vida siempre tendré los pies en el suelo y seré capaz de afrontar el gran reto al que todos nos enfrentamos tarde o temprano….."volar para crear un nido".......

¡¡Gracias mamá!!, y ¡¡gracias a todas esas 'revolucionarias silenciosas' que han echo posible el gran cambio de esta sociedad!!.

Ros dijo...

tampoco tiene que ser obligatoriamente una persona famosa la que nos sirva de espejo. seguro que todas nuestras madres son claros ejemplos de superación que merece la pena mirar para afrontar la vida tal y como viene. Al menos a mí la mía me lo parece y la única tristeza es que no pudo estudiar. Estoy convencida de que hubiera sido buena en cualquier cosa que se hubiese propuesto.
El artículo es genial y tu entrada también.

Ros dijo...

ains, que me leído antes el artículo del país que tu entrada.... que eso, que las madres son lo mejor... jo...estoy empanada...

Señorita Puri dijo...

yo tmb lo leí , muy interesante, sí.aunque prefiero cuando hablan de madres anónimas uqe se parten el lomo por llevar a los niños a las guarderías a las 7 am, coger el cercanías e irse al quinto pino a currar y entrar puntual a las 8, no como hacen muchas veces que presentan a la presidenta de ibm o microsoft como super madres, que lo leo y me entra la risa y la indiganción, to junto, porque son mujeres con un sueldazo del copón, que tienen un séquito de filipinos para cambiarle los pañales al bebé y van con chófer y limusina, y no se arriesgan a ser despedidas cuando cogen baja maternal.

(me debes un ticket, por cierto).

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